Muchas veces ocurre que hacemos una pieza digital y pensamos que al imprimirla saldrá igual y … ¡oh sorpresa! los colores resultan completamente diferentes. Esto se debe a que la paleta de color no es la misma para temas digitales que para impresión.
Entonces lo primero que debes saber es que existen dos paletas principales: Una llamada RGB que se refiere a la combinación de colores Red, Green, Blue; en ella podemos encontrar colores tipo «neón» o colores que no son sencillos de generar en litografía o impresión láser. Aunque si quisieras lograr la mezcla de tus colores ideales, existen unos códigos llamados hexadecimales que permiten generar el color exacto y dar un resultado casi idéntico de los impresión, pero en pantalla.
La otra paleta – tal vez más conocida – es la CMYK que se utiliza para definir colores en impresión. se compone de Cyan, Magenta, Yelow, K que se refiere a negro. Igual que la paleta RGB la paleta CMYK cuenta con unos códigos especiales llamados PANTONE. Estos nacen gracias a una empresa de cosméticos norteamericana, donde los impresores no lograban llegar a estandarizar los tonos y entonces su creador logra desarrollar una cartilla con colores exactos para sus productos. Luego de ello Kodak al tener problemas con sus empaques, decide crear su color amarillo fuerte en un PANTONE, pues sus clientes no compraban productos, porque sus cajas al no ser del mismo color, se pensaba que se trataba de un producto viejo o falso. Desde allí empresas reconocidas tomaron su ejemplo, para evitar inconvenientes al cambiar de máquina o que existieran alteraciones del color en el proceso.
Por éstas razones es importante tener en cuenta que tipo de pieza vas a realizar y cuál es el medio donde la vas a utilizar. Siempre asesórate de un profesional y resuelve tus dudas, para no cometer los mismos errores.
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